sábado, 14 de diciembre de 2013
miércoles, 27 de noviembre de 2013
martes, 19 de noviembre de 2013
viernes, 12 de abril de 2013
CALI: LA CIUDAD FASCINACIÓN
CALI : LA CIUDAD FASCINACIÓN
Autor: Guillermo Pulecio Corredor
Autor: Guillermo Pulecio Corredor
Cuando se pregunta sobre que
piensa de Cali en otro lugar del país se empieza ha desbordar la mas variada
interpretación fantástica del sentimiento sobre esta ciudad y puede escucharse
cosas como que es una “ciudad muy bella”, que sus “mujeres son muy hermosas”,
que es ciudad de gentes alegres en la que solo se vive para la fiesta :
“me gustaría ir a Cali a rumbear” se escucha con frecuencia, es decir, ir a
liberar sus espíritus de bohemios y bailadores ; algunos piensan aún que
es una ciudad deportiva dotada de excelentes escenarios, los mas intimistas
recuerdan que después de un día cálido no hay mayor fascinación que la brisa
acariciadora que baja de sus cerros a partir de las 3 de la tarde. Que la imagen
mas representativa de la ciudad en sus recuerdos es la eterna postal donde
aparece la Ermita, pero, que no se pueden imaginar a la ciudad sin los cerros
tutelares de Las Tres Cruces y Cristorey, y sobre todo sin el Río Cali. Cuando
se habla con la gente sobre que piensa de Cali no se puede hablar sino en
lenguaje de evocación de lugares y paisaje.
Dentro de la ciudad, entre sus moradores, se piensa que
hay civismo ciudadano, que ha sido pionera en proyectos demostrativos como la
Terminal de Transportes y el Campus Universitario, que por decisión de
autoridades municipales se ha llevado la formación artística a las franjas menos
favorecidas de la población con el Instituto Popular de Cultura y el Instituto
Colombiano de Ballet, que por
primera vez se creó y se puso a andar una Corporación para la Recreación y el
Deporte Popular, que el ciudadano común está acostumbrado a guardar la fila
para tomar el autobús, que se cuenta con una de las ciudades mas arborizadas,
que “la Torre de Cali” se piensa que es el edificio mas alto de Sudamérica, que
la “calle rosa” de la ciudad es la Avenida
Sexta, que a los intelectuales se les puede encontrar en los Cafés de Los
Turcos, y que el balneario del río Pance, ahora “Parque de la Salud”, a
distancia de autobús urbano no tienen igual en el panorama nacional. Que muchos
amamos a los Farallones en secreto, porque en sus faldones, acantilados y
cascadas entre la vegetación espesa y recóndita, se sospecha y se cree que habitan las
prístinas deidades protectoras y creadoras de la vida de la ciudad. Dicho y
rumiado lentamente lo anterior, con un egocentrismo amoroso por quienes
habitamos aquí, en la ciudad de los mil nombres, bien llamada en otrora la
“Sultana del Valle” o la “Sucursal del Cielo”, mas recientemente fue la
“Capital deportiva de América”, “Cali la Bella” o “Cali Pachanguero” y que,
últimamente se cree desde el punto de vista oficial, es la “Ciudad de los siete
ríos”.
Cuando se piensa en esta ciudad
también se añora la ciudad del recuerdo, no hace mas de treinta años era un
pueblo con sus personajes típicos y sus lugares de encuentro, no se puede
olvidar que existieron personajes tan propios y tan importantes para la
alucinación colectiva y estrafalaria como fueron “la reina Jobita”, “Pacho
saco”, el cuentero de la exageración y sobador “Riverita”, de los travestidos
“La Mirla” y “Botello”, del limosnero “Guerra” y mil mas que no fueron
registrados ni percibidos por la pintura y la literatura urbana, tan propios
como “La maceta”, el Champús” y el “pandebono” ; de lugares desaparecidos como el
“charco del burro” (hoy La Tertulia), el viejo obelisco, el Hotel Alférez (hoy
el parquecito de los Poetas), la Gobernación de San Francisco y el batallón del Paseo Bolívar (hoy el CAM) que fueron demolidos en
aras del “progreso” de la ciudad. Como olvidar que se tejía una cultura para
aprende a amar este terruño cuando refiriéndose a sus límites y a la fuente de
progreso económico en las ferias se pasaban consignas como ¡Viva Cali,
chipichape y Yumbo ! ¡Cali es Valle, lo demás es loma ! con un
orgullo inocente, con las ganas de que la fiesta se hiciera interminable. Claro
que era posible esa alternativa y se
cantaba “del puente para allá Juanchito, del puente para acá es Cali” y en efecto se podía amanecer en Candelaria.
Una ciudad del recuerdo donde la mayoría de los habitantes teníamos algún tipo
de relación con el Centro de la ciudad, hoy en día se puede vivir
satelitalmente y prescindir de la autoidentificación con esos hitos contenidos
en el centro viejo de la ciudad, hoy existen uno o varios centros por comuna en
una tendencia a la dispersión permanente, trazado desde los años setenta por
los planificadores cuando se propuso como estrategia la creación de polos de
desarrollo para hacer ciudad desde este punto de vista funcional.
viernes, 29 de marzo de 2013
jueves, 21 de marzo de 2013
EN LAS MONTAÑAS AZULES
e
EN LAS MONTAÑAS AZULES, (poemas escritos a principios de octubre de 2012)
Por josé carlos vinasco*
*José Carlos Vinasco, es abogado, poeta, escritor y periodista bloguero alternativo. Pueden escribirle al email latinomar77@yahoo.com
EN LAS MONTAÑAS AZULES, (poemas escritos a principios de octubre de 2012)
Por josé carlos vinasco*
1
UN
ADIÓS DE VIAJERO
Un Recuerdo,
Un vacío,
Un adiós de viajero,
Un adiós peregrino,
En la ola a mil distancias,
Pasos idos en las horas,
Con sus silencios que
gritan,
Alejándose cada vez más
Como si nada,
En la noche,
Fugados, fugaces,
Precisos, preciosos,
Maravillados,
Extraviados.
2
CAMINAMOS
SOBRE EL CÉSPED
Caminamos sobre el césped,
Y debajo están los muertos,
No puedo mirar al cielo,
Solo al verde, al prado
verde.
¿Y quiénes están debajo?
¿Quiénes en la tierra
marchita?
Aquel cuyo rostro pude ver
otro día,
Aquella muchacha suelta y
bella
Que me habló una tarde
perdida
Y tantos otros,
Tantos que se fueron,
En un atardecer sin nubes,
Que vivieron entre las
rosas,
Y vieron la fresca mañana,
A quienes el rocío cubrió
luminoso,
El alba de un día
cualquiera,
Ellos que con sus manos
Echaron atrás su cabellera,
Jugaron con las charcas,
Mas nunca vieron el prado,
el verde prado,
Ni la hierba…
3
SOY
UNA GAVIOTA
Soy una gaviota,
Una gaviota marina
Y picoteo la ola,
A la orilla de los
crepúsculos.
Una gaviota sin luz,
Con alas mojadas,
Impregnadas de sal,
Sin plumas, sin canciones.
Veo al velero zarpar,
Desde la alta nube,
Y siento en los labios
El ardor de los ensueños
Que bajan y titilan
Como luces fugaces
En la noche vacía.
Soy una gaviota,
Una gaviota marina,
Que abandonó sus alas,
Dejándolas como restos
En la playa,
En la playa perdida.
Soy una gaviota,
Una gaviota sin ojos,
Una gaviota ciega…
4
MIS
BRAZOS NO ESTÁN CANSADOS
Mis brazos no están
cansados,
Sépanlo de una vez,
Pese a mis jóvenes años,
No tienen fuerza,
Los dedos aprietanpero poco,
Igual ocurre con mi rostro.
No tengo fuerza,
No soy fuerte,
Soy débil como cualquier enfermo,
Que ya no mira el retrato de
la pared,
Ni quiere ver su mirada en
el espejo.
Mi cuerpo no es digno de
Whitman,
Y poco importa serlo,
No tengo un cuerpo
eléctrico,
Que afortunado!
Apenas muevo una ceja,
No se que es la luz,
Ni me importa saberlo,
A tientas, tambaleante,
Casi sin pararme,
Y lento, lento, muy lento,
Solo tengo presente
Que mis sueños de amor
Nunca se fueron…
5
EL SONIDO
DE LA ARMÓNICA
El sonido de la armónica
Inunda el salón, y gira.
La lámpara en la mesa
Con luz tenue, vigila.
El músico aprieta sus
labios,
Muerde el metal
De la caja de música…
Que revienta y estalla
A borbotones.
Los párpados han cerrado los
ojos,
Mientras brillan luces en
sus manos,
Los agudos sonidos vuelan,
Como ágiles luciérnagas,
A la inmensidad del viento,
Para tocar el último rayo de
sol
En el sombreado octubre.
Es la única canción
Sobre la tierra
Nadie la escucha
Y el músico esta muerto.
6
LOS
DIAS DE DOLOR PASAN
Los días de dolor pasan,
Con sus silencios dormidos…
En las montañas azules,
El alba desciende,
Como una menuda bailarina,
Iluminada por las opacas
Luces del proscenio.
Alguien deja su mirada
En la pared rojiza
Y sus ojos apenas son
un murmullo en la oscuridad
Un pájaro corta el aire
Con sus alas de colibrí,
Y brilla en pequeños relámpagos
El pelo que cubre tu frente,
Telaraña de hielo,
En un bosque perdido.
No hay nada en el mundo,
salvo los días,
Aquellos en que jugabas
Con tus manos,
Y cogías de la tierra
La sombra, la sombra de mis
pasos.
7
EL
RELÁMPAGO ABRE LOS SUEÑOS
El relámpago abre los
sueños,
La luz entra en mis ojos
coloreados
Que se desplazan
Al crucial sol de mis
encuentros.
Pero en esta diminuta
Inmensidad
Algo se opone,
Algo dice no a la
golondrina,
La palabra se ahoga entre
sus signos,
Pero es mas fuerte el rechazo
Que una lluvia de hielo,
Sobre mis hombros,
Como si no existieran las
flores
En los jardínes,
Pintadas por la brisa,
Y matizadas por el sol.
La luz entra en mis ojos,
Idos, perdidos,
inexistentes,
Ajenos al color, muertos,
muertos.
*José Carlos Vinasco, es abogado, poeta, escritor y periodista bloguero alternativo. Pueden escribirle al email latinomar77@yahoo.com
sábado, 2 de marzo de 2013
domingo, 20 de enero de 2013
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