EN LAS MONTAÑAS AZULES, (poemas escritos a principios de octubre de 2012)
Por josé carlos vinasco*
1
UN
ADIÓS DE VIAJERO
Un Recuerdo,
Un vacío,
Un adiós de viajero,
Un adiós peregrino,
En la ola a mil distancias,
Pasos idos en las horas,
Con sus silencios que
gritan,
Alejándose cada vez más
Como si nada,
En la noche,
Fugados, fugaces,
Precisos, preciosos,
Maravillados,
Extraviados.
2
CAMINAMOS
SOBRE EL CÉSPED
Caminamos sobre el césped,
Y debajo están los muertos,
No puedo mirar al cielo,
Solo al verde, al prado
verde.
¿Y quiénes están debajo?
¿Quiénes en la tierra
marchita?
Aquel cuyo rostro pude ver
otro día,
Aquella muchacha suelta y
bella
Que me habló una tarde
perdida
Y tantos otros,
Tantos que se fueron,
En un atardecer sin nubes,
Que vivieron entre las
rosas,
Y vieron la fresca mañana,
A quienes el rocío cubrió
luminoso,
El alba de un día
cualquiera,
Ellos que con sus manos
Echaron atrás su cabellera,
Jugaron con las charcas,
Mas nunca vieron el prado,
el verde prado,
Ni la hierba…
3
SOY
UNA GAVIOTA
Soy una gaviota,
Una gaviota marina
Y picoteo la ola,
A la orilla de los
crepúsculos.
Una gaviota sin luz,
Con alas mojadas,
Impregnadas de sal,
Sin plumas, sin canciones.
Veo al velero zarpar,
Desde la alta nube,
Y siento en los labios
El ardor de los ensueños
Que bajan y titilan
Como luces fugaces
En la noche vacía.
Soy una gaviota,
Una gaviota marina,
Que abandonó sus alas,
Dejándolas como restos
En la playa,
En la playa perdida.
Soy una gaviota,
Una gaviota sin ojos,
Una gaviota ciega…
4
MIS
BRAZOS NO ESTÁN CANSADOS
Mis brazos no están
cansados,
Sépanlo de una vez,
Pese a mis jóvenes años,
No tienen fuerza,
Los dedos aprietanpero poco,
Igual ocurre con mi rostro.
No tengo fuerza,
No soy fuerte,
Soy débil como cualquier enfermo,
Que ya no mira el retrato de
la pared,
Ni quiere ver su mirada en
el espejo.
Mi cuerpo no es digno de
Whitman,
Y poco importa serlo,
No tengo un cuerpo
eléctrico,
Que afortunado!
Apenas muevo una ceja,
No se que es la luz,
Ni me importa saberlo,
A tientas, tambaleante,
Casi sin pararme,
Y lento, lento, muy lento,
Solo tengo presente
Que mis sueños de amor
Nunca se fueron…
5
EL SONIDO
DE LA ARMÓNICA
El sonido de la armónica
Inunda el salón, y gira.
La lámpara en la mesa
Con luz tenue, vigila.
El músico aprieta sus
labios,
Muerde el metal
De la caja de música…
Que revienta y estalla
A borbotones.
Los párpados han cerrado los
ojos,
Mientras brillan luces en
sus manos,
Los agudos sonidos vuelan,
Como ágiles luciérnagas,
A la inmensidad del viento,
Para tocar el último rayo de
sol
En el sombreado octubre.
Es la única canción
Sobre la tierra
Nadie la escucha
Y el músico esta muerto.
6
LOS
DIAS DE DOLOR PASAN
Los días de dolor pasan,
Con sus silencios dormidos…
En las montañas azules,
El alba desciende,
Como una menuda bailarina,
Iluminada por las opacas
Luces del proscenio.
Alguien deja su mirada
En la pared rojiza
Y sus ojos apenas son
un murmullo en la oscuridad
Un pájaro corta el aire
Con sus alas de colibrí,
Y brilla en pequeños relámpagos
El pelo que cubre tu frente,
Telaraña de hielo,
En un bosque perdido.
No hay nada en el mundo,
salvo los días,
Aquellos en que jugabas
Con tus manos,
Y cogías de la tierra
La sombra, la sombra de mis
pasos.
7
EL
RELÁMPAGO ABRE LOS SUEÑOS
El relámpago abre los
sueños,
La luz entra en mis ojos
coloreados
Que se desplazan
Al crucial sol de mis
encuentros.
Pero en esta diminuta
Inmensidad
Algo se opone,
Algo dice no a la
golondrina,
La palabra se ahoga entre
sus signos,
Pero es mas fuerte el rechazo
Que una lluvia de hielo,
Sobre mis hombros,
Como si no existieran las
flores
En los jardínes,
Pintadas por la brisa,
Y matizadas por el sol.
La luz entra en mis ojos,
Idos, perdidos,
inexistentes,
Ajenos al color, muertos,
muertos.
*José Carlos Vinasco, es abogado, poeta, escritor y periodista bloguero alternativo. Pueden escribirle al email latinomar77@yahoo.com
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